Su condición de diabético nunca lo ha detenido sólo lo ha movido a hacer más de lo que cualquiera hace en una condición catalogada de normal. Nos conocimos cuando él tenía 21 años, 10 viviendo con diabetes, siempre le decía debía cuidarse y lo ayudaba en lo posible (en aquella época a veces estaba sin insulina y siempre sin posibilidad de medirse) le era muy difícil costear el tratamiento, sin embargo, siempre estaba bien y sonriendo.
Cuando nos hicimos novios, empezamos a trabajar en su salud, debo confesar orgullo porque en los 11 años que ha estado a mi lado hemos conseguido que no le falte nada. Incluso mejoramos las condiciones de su tratamiento con insulinas más modernas, gracias a nuestras caminatas por la ciudad descubrimos Fundadiabetes donde nos han guiado y ayudado a mejorar su calidad de vida.
Pero, la diabetes no es fácil y no debe agarrarsele confianza, eso, lo aprendí esta semana alrededor de las 10 pm del jueves 6 de abril. Cuando sentí el mayor miedo que he sentido en mi vida, la hipoglucemia más bárbara que ha tenido mi esposo en su vida, llegó esa noche y mi experiencia se quedó corta al desvanecerse en mis brazos.
Él estaba muy cansado, así que cenó y se acostó, yo aún estaba despierta y pendiente de que se hiciera su postpandrial porque durante la semana había estado muy sensible a hipoglucemias, porque, la falla de transporte en la ciudad nos había hecho caminar varios kilómetros a los que no estamos acostumbrados. Así, a las nueve y algo medí su glucemia (actualmente usamos FastCheck el único Glucometro al que se le encuentran descartables en Venezuela) tenía 67, me dijo dame algo de azúcar tomó aproximadamente unos 30 gramos de carbohidratos, no pasaron ni 15 minutos cuando empezó a quejarse, yo le digo hace ruidos como de bebé que llaman mi atención, al parecerme extraño lo volví a medir y estaba en 26 de glucemia, sus brazos perdieron fuerza y dejó de responder. Mi esposo no estaba, se iba de mis brazos. Entré en pánico no sabía que estaba pasando, nunca había visto eso y en 4 años de matrimonio sí que he visto hipoglucemias, muchas de madrugada.
Como pude le di más azúcar y gracias a Dios mi mamá me ayudó, mi hermana llamó al seguro Universitas y mi papá a mi cuñado. Para cuando llegaron los paramedicos y dijeron se lo llevaban a hospitalización sentí me oprimían el corazón, fueron ellos quiénes le dieron oxígeno y dextrosa intravenosa, luego de unos 30 minutos, él regresaba y no entendía que estaba pasando.
Fueron sin duda alguna las tres horas más largas de mi vida, 67 - 26 - low - 40 - con 70 de glucemia llegamos a la clínica a las 12:15 am ya consciente y claro de lo que estaba pasando, luego como es de imaginar la azúcar y la dextrosa hicieron efecto llegando 374 a las 5 al del 7 de abril. Desde ese momento estamos buscando poner orden no más hipoglucemias ni hiperglucemias por error, confianza o descuido.
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