Realmente el tema de la remuneración de los docentes me es muy sensible porque mis padres (mamá y papá) son docentes, mi abuela, mis tíos y mi esposo todos son docentes o al menos han dado clases en algún momento de su vida. Y como administradora he observado como el continuo aumento de la inflación; que por más maquillada que esté en los reportes del BCV; hace estragos cada vez que metemos la mano en nuestros bolsillos, especialmente en el de los miembros del gremio docente que atados a un contrato colectivo (que por definición o costumbre debería beneficiarlos mucho más de los beneficios normales de ley) continuamente quedan por debajo del sueldo mínimo aún estando en los escala más alta de estos contratos, siendo así los docentes, quizás, el grupo de profesionales más afectado por la falta de medidas económicas reales para aliviar a un país cuya moneda se ha desdibujado totalmente.
Ahora tras largas negociaciones finalmente el Presidente firmó un nuevo contrato colectivo para los docentes, se publica en todos los medios, especialmente en los gubernamentales, el sueldo que tendrá un docente uno (1) en el 2017 y no lo que recibirá hoy.
Entonces los aumentos de este nuevo contrato ya la inflación devoró, y es que luego de reconocer una inflación de tres cifras en 2015 a los docentes se les ofreció un incremento salarial que apenas para octubre de este año alcanzará un 100%, mientras que la Canasta Básica Familiar está aumentando más de 10% mensualmente ubicándose en febrero en Bs. 176.975,40. Si vemos las nuevas tablas salariales encontraremos que un docente seis (6) el máximo escalafón para este gremio en octubre 2017 (último aumento estipulado) podrá cubrir el 30% de la Canasta Básica Familiar de febrero 2016.
La esperanza de los docentes será aferrarse a su vocación y esperar que el "Cestaticket" siga aumentando más que su sueldo para compensar, porque aprovecho de recordar que este beneficio seguirá aumentando por no tener incidencia salarial y es por eso que el gobierno se lo ha jugado como comodín para no generar más pasivos laborales con la fuerza obrera y trabajadora venezolana.
Luego nos preguntaremos por qué los docentes han perdido la mística o por qué los jóvenes no quieren estudiar educación (cada día menos ingresan a los institutos pedagógicos y muchos menos se gradúan), cuando el gobierno es responsable de condenar a los docentes venezolanos al hambre y la miseria.
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